viernes, 24 de diciembre de 2010

2011

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En casa hay un cajón al que van a parar los corchos.
Cada año lo vacío y al siguiente vuelvo a empezar.
Estos son sólo parte de los de 2010.
Espero que en 2011 tengamos tantos buenos encuentros
como en el año que se va,
que sigamos compartiendo y festejando la amistad,
con charlas, lecturas, dibujos, música, baile y rico vino!!!

¡Buen comienzo de año para todos!
¡Y muchas, muchas gracias por acompañar!

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martes, 14 de diciembre de 2010

Otros también regalan

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Me encargaron una serie
a partir de algunos elementos estéticos tomados de otros trabajos míos:
tipo de personaje, técnica, algo de color y narración.

Ayer entregué estos trabajitos
que hice con enorme placer.


Ahora están en camino a ser enmarcadas por su dueña.

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Y otros más,
que si bien no fueron por encargo,
se llevó la misma persona
para convertirlos en regalo.



¡Toda una alegría
que haya quién elija regalar mis originales!

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Recomendaciones navideñas

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¡Dos recomendaciones dos!

Una es una linda reseña de Marcelo Mendieta
para Un señor en su lugar,


recientemente editado por Edelvives Argentina,
publicada en su blog El Informatorio.
Para ver y leer, clic acá.

Y la otra, es de España, de Fnac,
para Cuéntame, libro que hicimos junto a Pedro Villar,
editado por Fineo.



Agradezco a Pedro el envío de las imágenes del catálogo.

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martes, 7 de diciembre de 2010

Papai e eu, às vezes

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Hace unos pocos días llegó este paquete desde Brasil,
específicamente de San Pablo,
de la editora Callis.


En ese paquete
venían mis primeros ejemplares de este nuevo libro álbum
cuyo título original (en mi idioma) es Papá y yo, a veces
y que acaba de sacar Callis, bajo la dirección de Miriam Gabbai,
con traducción de Carla Caruso, allá, en Brasil.


Para los que no entienden portugués,
pongo debajo de cada imagen la traducción del texto.


Dedicatorias:
Para el viejo, aunque ya no esté.
Para Ana y Juan, muchas veces.


A veces quiero estar con mi papá.


Pero no siempre él quiere estar conmigo.


A veces él quiere estar conmigo.
Pero no siempre yo quiero estar con él.


A veces

los dos queremos estar juntos.

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Así empieza este libro, que como cada libro que hago,
tiene su historia.

Tal vez, la de éste, sea la historia más larga...
pero en lugar de contarla,
les dejo una nota que publiqué,
y publicó hace un tiempo
la Revista Cultura LIJ,
(y muchos ya leyeron)
donde cuento algo (sólo algo) de Papá y yo, a veces.

Ideas

El 13 de Octubre de 2008 –lo recuerdo con exactitud
porque ese día murió Foxi, mi perra- caminaba con Iris Rivera
por la calle Las Heras conversando. Íbamos hacia la Biblioteca Nacional,
al Congreso de LIJ, para escuchar a la Andruetto.
Si no hubiese sido por las ganas de escuchar su conferencia,
me habría quedado en casa rumiando mi duelo.
Iris y yo habíamos hecho nuestro primer libro juntas: Haiku.
Con él, esperábamos ganar un premio que no ganamos.
Pero hubo otro. Dudando, haciendo cambios,
festejando nuestros momentos de lucidez y volviendo a dudar,
habíamos hecho un libro y, al mismo tiempo,
habíamos construido una relación de enorme cariño y confianza.
Decía que íbamos conversando… hacía rato que no nos veíamos
y me preguntó si estaba haciendo algo nuevo
(no exactamente así, parecido), a lo que respondí que andaba trabada,
con ganas de escribir algo que no lograba que saliera.
Por respuesta me miró, me miró en absoluto silencio como indagando.
Entonces traté de ser más clara, de ir más hondo, de explicar.
-Mirá –dije-, hace rato que ando con una idea en la cabeza,
en realidad es un tema, pero no tengo claro cómo encararlo.
No es un tema fácil, y si bien tengo algunas puntas,
todavía no logro que salga.
Iris volvió a mirarme. Esta vez sí dijo algo,
y aunque no recuerdo exactamente qué,
puedo describir lo que eso me hizo sentir.
En mi intento por contarle, transmitirle qué era para mí estar trabada,
había usado estas palabras: “idea, cabeza, tema”.
En segundos, un misil de sal las derritió.
Repito, no recuerdo lo que dijo, pero sí recuerdo claramente
que sentí que estaba parada en el lugar equivocado,
una pequeña jaula llamada “cabeza, idea, tema”.
Las palabras de Iris dieron en el blanco de las mías.
Seguimos andando en silencio.
Yo miraba las baldosas; estaba desorientada, triste.

Días después, volví sobre viejos escritos, dibujos y anotaciones
que tenía alrededor de aquella idea, hasta que me dije basta
y encajoné todo. No hay caso, pensé, hay cosas que no se pueden forzar.
Con el tiempo, de la tristeza empezó a brotar algo.
No era la misma tristeza con la que había mirado las baldosas,
era otra; tampoco era sólo tristeza, eran recuerdos placenteros,
pedazos de vida, gestos que me habían marcado.
Una noche, lo que erróneamente llamé ideas y creí tener en la cabeza,
me agarró desprevenida. Desde muy adentro, algo empujaba con fuerza.
Escribí y dibujé sin parar, como si me arrastrara una locomotora.
En quince días -no miento- se convirtió en libro.
Lo que no quiere decir que de verdad el libro lo haya hecho en quince días,
pasaron muchos años con ese algo dando vueltas adentro mío,
un algo parecido a una semilla en reposo
esperando el clima ideal para germinar.
No sé ya como llamarlo,
pero sí estoy segura de que eso no era una idea.

Ayer, como otras veces, nos encontramos con Iris a tomar café.
Le mostré la maqueta del libro. Mientras la miraba leerlo,
recorrerlo, me acordé de la caminata por la calle Las Heras.
Se lo dije. Claro que ella no la recordaba tanto como yo.
Retomamos la charla. Esta vez las palabras fueron otras.
Como guardando un secreto,
ninguna intentó ponerle nombre a ese algo.

María Wernicke
9 de marzo de 2010

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Algo más, que me gustaría decir.
Algunos pensarán...
¿Pero cómo hace esta mujer para hacer tantos libros
en tan poco tiempo?
Respondo antes de que me pregunten.
A lo largo de los últimos años hice varios libros,
entre ellos "Un señor en su lugar", que se acaba de editar Edelvives,
pero que hice hace casi cuatro años.
"Cuéntame" con Pedro Villar,
lo hicimos en 2008 y se editó este año.
Y otros... de otros años.

Este nuevo que les presento,
lo hice en 2009.

¡Espero que lo disfruten por allá!
¡Y también espero que pronto se edite en Argentina!

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sábado, 4 de diciembre de 2010

Regalar II

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viernes, 26 de noviembre de 2010

Algo para recordar

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¡O para que no se olviden!
El miércoles 1 de Diciembre:

***
Gran presentación gran de
Un señor en su lugar
***

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jueves, 25 de noviembre de 2010

Regalar

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Para mi querida amiga P.


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Le debo la música...


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martes, 23 de noviembre de 2010

Mi lechuza para La Lechuza

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martes, 16 de noviembre de 2010

Un, dos, tres

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miércoles, 3 de noviembre de 2010

De corazón a corazón

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2-11-2010


Pasadas las 8.30 hs. de la mañana pasó a buscarme Sebastián Urquiza,
director de la escuela especial 516 de La Matanza.
Sebastián es un hombre joven, entusiasta, de mirada y sonrisa franca,
un chico en el cuerpo de un adulto, o un adulto de los que eligen cómo vivir.
Charlamos y charlamos durante la hora de viaje, conociéndonos.
Él manejaba, se entusiasmaba de a ratos y moviendo las manos para decir,
soltaba el volante. Y aunque él no sabía ni sabe de mis miedos de ruta,
por algún motivo nada me intranquilizó, al contrario,
ir en su auto era como estar sobre el lomo de un caballo que vuelve al establo,
un caballo que conoce cada piedra y cada pozo,
y así, casi a ciegas, vuelve. Así llegamos.

Bienvenida fue la palabra.
Bienvenida me dijeron las miradas, los besos, los abrazos.
Chicos y chicas, corazones y corazoncitos abiertos
como la puerta siempre abierta de la escuela que me invitaban a entrar.
Bienvenida me sentí, me hicieron sentir.

Una escuela.
Especial, la escuela: por única, por las ganas de todos, por la garra,
por las paredes pintadas, por lo que se vive y se hace día a día,
por la falta de luz y el grupo electrógeno de último momento,
por los caminos dibujados en el patio para encontrarse o no perderse,
por los pájaros y sus patas de tinta, por los libros conseguidos,
por el comedor para tantos, por las manos generosas, por el pan,
la gallina, el gallo y los patos, por la huerta y el jardín,
por la panadería abierta al barrio,
por el camino de llegada que ahora es asfalto,
por el sol, por los muchos soles de hoy,
digo que es una escuela especial, única.

Un camino adentro.
Los soles tienen corazón y saben regalarlo.
Lo regalan jugando, agasajando, compartiendo, mirando.
Lo regalan llevándote de la mano con los ojos vendados
por un camino inventado, de piedras, de pasto, de arena,
de agua de río y puente de cañas, un camino que se anda descalzo,
confiando, abriendo la boca para recibir,
dejando que tus manos vayan a donde te guían otras manos,
un camino al que sólo se llega dejando que te lo inventen
y te lo regalen, haciéndole un nido en tu propio corazón,
dejando el agua del río correr.

El patio era una fiesta.
El sol de Noviembre brilló toda la mañana,
acalorándonos a nosotros, sus hijos,
generando fuegos a través de las lupas,
dibujando a dos manos corazones quemados,
pintándonos los labios de rojo para sellar besos,
guardando fuegos secretos en cajas.
Brilló para un cazador de incendios
y para las voces de los enamorados.

Un camino rojo y una como las de Chaplin. De estreno.
Vamos detrás del pájaro, de sus huellas.
Nos acomodamos en las butacas y la magia en blanco y negro empieza a rodar.
-Acá, no- dice alguien desde la puerta, y seguimos andando.
Son ellos, somos nosotros los protagonistas.
–Acá, no- otra vez. Pero como puertas hay muchas, las golpeamos.
–Mmm… puede ser- Así nos encontramos. Así los quiero volver a ver.

Barriletes sin viento.
Nos amontonamos en dos círculos de sombra.
Sebastián volvía a presentarme como yo misma me presenté una vez.
María dice: …estudié dibujo y pintura, hice escultura en cartón piedra,
tuve dos hijos, arreglé enchufes, cambié cueritos, cambié pañales,
hice lámparas, planté más de un árbol, ilustré un montón de libros…
pero nunca remonté un barrilete.
Como todo era sorpresa, no me pregunté qué hacíamos ahí.
Vi asomarse un ala roja como el día que mis viejos
hicieron aparecer la bicicleta -roja también-,
vi mi cara sin espejo, lamí la mezcla salada de lágrima y sudor,
y como en el mejor día de los Magos, abrí las manos para recibir.
Salimos de la sombra corriendo hacia los barriletes que venían hacia nosotros.
Muchas manos y muchas voces
me acompañaron en la responsabilidad de tener el piolín,
en el juego de correr buscando el viento.
Gritaron una y otra vez: -Soltá, tirá, corré. Y yo corrí, tiré, solté.
Los Magos, los soles con corazón,
me guiaron hasta regalarme el viento y mi primera vez.

Y como si esto fuera poco…

En una ronda nació la pregunta -¿Qué harías si te regalaran un corazón?









Hoy no alcanza la palabra gracias para agradecer.
Solo espero que mi corazón haya quedado en ese jardín,
cerca de ustedes, bailando en el viento.

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ACTUALIZACIÓN
¡Llegó la peli.. " como las de Chaplin"!

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ACTUALIZACIÓN 16-11-10

Desde la escuela 516, llegó:
De Corazón a Corazón
en fotos



Lectura,

y más lectura.

Un recuerdo del río.

Un beso para guardar.

Se viene.... un barrilete!


Primer intento!


¿Qué harías?

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viernes, 29 de octubre de 2010

Ellos

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Abrazos

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lunes, 18 de octubre de 2010

Pura gana

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Ambos originales: 32,5 x 34,5 cm.

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¡Chris Botti en trompeta y la voz de Sting!

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jueves, 14 de octubre de 2010

Cosa de hormigas


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Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil
"La hormiguita viajera"
2010

Organizado por
las hormigas que trabajan desde
la
Biblioteca Popular Madre Teresa,
de Virrey del Pino, La Matanza,
fundada y dirigida por Eduardo Raúl Burattini.

Hormigas que trabajan desde las bibliotecas de las escuelas,
desde las aulas,
hormiguitas que escriben, hormigas que leen y miran.
Hormigas que trabajan viajando de aula en aula
y nos regalan el reconocimiento de llevar nuestros libros
a más y más hormigas, grandes y chicas, chicas y grandes.

Gracias por este reconocimiento!!!!!!!

Esto dicen las hormigas...

8.- Premio Ilustración: María Wernicke

Por la tarea desarrollada por la ilustrada y escritora María Wernicke,
que enaltece el trabajo del escritor y provoca en el niño, el jóven y/o el adulto
que posa su mirada en las hojas del libro una comprensión mayor del texto,
y le permite asociar la palabra al arte, a la comunicación, al placer sensorial.
Por su constante trabajo plástico
de enmarcar la palabra con la imagen, el color, y la forma.

Esta decisión se ha tomada teniendo en cuenta la opinión de bibliotecarios,
docentes, escritores, bibliotecas escolares y populares de nuestra región
como así también comentarios de personas que participan
de las diferentes redes sociales del mundo digital.

Aprovecho para felicitar a otras hormigas colegas:
Graciela Repun, Vale Sorin y EDELIJ.

Nota: la web de la Biblioteca aun no está actualizada,
pero espero pronto poder poner el link a la información completa.

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ACTUALIZACIÓN:
Acá, en el sitio de CONABIP
pueden ver la información completa de los premiados.

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NUEVA ACTUALIZACIÓN
27-11-10
LA ENTREGA

La ida.
Pasadas las 18 hs. llegó un auto a mi puerta.
El chofer y yo, en ese auto, atravesamos el tránsito de Buenos Aires
como quien recorre un enorme hormiguero, observando, comentando,
compartiendo miradas.
Fue una buena forma de acercarnos a La Matanza,
de llegar, de seguir entendiendo (yo), comprobando (yo),
que hay mucho por hacer, mucho por dar,
mucho por construir.

En La Casona esperaban, algunos sentados, otros caminando,
la llegada de los que faltábamos.
Eduardo se acercó a recibirme con un abrazo de bienvenida
y por primera vez, aunque no parecía, nos vimos las caras.

Un jardín.
El atardecer de un día caluroso,
que a esa hora y en ese lugar se transformaron en brisa fresca,
los saludos y presentaciones…
todo hizo que en un rato me sintiera del lugar.
Cuando el sol desaparecía dejando una estela rosada,
y ya estábamos casi todos, Eduardo habló.
Habló de unos y otros, de los que hacen ese pequeño y gran mundo de libros,
de los que van y vienen, de los que hacemos entre muchos.
Así desfilaron las hormigas y así llegó mi turno.
Con pudor, agradecí la mirada hacia nuestro hacer,
el de los ilustradores.
Me quedé corta de palabras… hay más que eso para agradecer.
Agradezco que me hayan incorporado al mundo de las hormigas,
viajeras y trabajadoras, porque de otra forma,
no sé si habría conocido ese hormiguero. Otra vez, gracias.


La noche.
Los premios hormiga descansaban en distintas manos
mientras el molino giraba con ganas detrás de la casa.
Hubo dos historias de la Repún en dos voces femeninas.
Y aunque cada tanto un avión atravesara el cielo
llevándose consigo el silencio, hubo oídos atentos para seguirlas.
Un cuento de Graciela Cabal salió con distintas voces
de la boca del hombre, muchas voces de Graciela,
tantas como las aspas del molino, y nos arrancó risas,
gestos, miradas cómplices.
Fue una noche de fiesta para la palabra,
la de ella, la de todos, la nuestra.

Brindis
Hombres y mujeres cambiaron la escenografía
llevando las sillas que estaban en el jardín,
junto a la mesa bajo el quincho.
Otros y otras arrimaron vasos, bebidas, sonrisas y comida.
Conversando y brindando, le dimos calor al fresco de la noche.
Y mientras las palabras corrían (entre mujeres esta vez),
Sergio nos retrataba, olvidando a pedido nuestro
cada palabra escuchada.
Gracias, Sergio, por los retratos y el olvido.



En casa, hoy.
Amanecí con sol, con un lugar nuevo adentro.
Creí escuchar voces y salí al patio.
Una hormiga, solo una, la mía, hablaba con muchas voces,
como anoche la Cabal en la boca del hombre.
Y aunque la vi contenta, no dejo de pensar que seguirá andando,
trabajando, uniéndose a más y más hormigas,
haciendo libros y bibliotecas.


Un abrazo para la Biblioteca Madre Teresa de Calcuta
de Virrey del Pino, La Matanza.


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domingo, 19 de septiembre de 2010

Cuéntame en España

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¡Ya se está distribuyendo Cuéntame en España!
Lo hace UDL libros.
Ed. Fineo.

Y como Pedro ya recibió sus ejemplares, mientras espero los míos,
publico una de las fotos con las que él recibió a este querido libro.


Cuentan, también, que en Diciembre llegará a México.

Acá, pueden ver el recibimiento de Pedro.

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ACTUALIZACIÓN 27-09-10

Nueva reseña de Cuéntame
en el blog
Poesía Infantil y Juvenil

¡Gracias Sàlvia!

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miércoles, 15 de septiembre de 2010

Geografía

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Aprendí lo que es un fiordo, una península,

un río, un mar, una isla, un archipiélago,

un lago, una montaña, una sierra, un estrecho.

Aprendí de bordes, salientes y hendiduras,

de nacimientos y desembocaduras.

Busqué las líneas punteadas,

en la tierra, bajo mis pies,

los puntos grandes con nombres capitales

entre casas y edificios,

pero nadie los había dibujado.

En geografía, me reprobaron.

M.W.

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