lunes, 6 de octubre de 2014

Biblioteca Fortín de Gainza, Santa Regina

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Ir y volver.
Volver a ir. Sí, volver.
Volver a General Villegas, volver a la Biblioteca Fortín de Gainza en Santa Regina. Con caras nuevas, con gente que está de estreno, gente con la que me reestreno. Otras caras, otras bibliotecarias, otros chicos, otras maestras, y yo también otra.
Estos viajes, los relacionados con nuestro trabajo, siempre dejan huella, nuevos afectos, otras miradas.
Nos encontramos entre papeles, dibujos, palabras, libros viejos y nuevos, en recomendaciones, coincidencias, en lo que desconocemos, en la curiosidad, en las ganas de saber quién es el otro y quiénes somos; en preguntas, con y sin respuesta, en otras que no vamos a terminar de responder nunca. Nos queremos quedar con algo, mucho, todo de estos encuentros, queremos que se estiren, que duren, aunque sean cortos, raudos, queremos quedarnos en los otros y llevarnos algo de ellos.
Encuentros intensos, felices, cansadores.
Encuentros que sabemos únicos, de los que no queremos dejar ni una miga sin aprovechar.
Los chicos de jardín, primero, todos los de primaria después, atentos, contadores, preguntones, trabajadores. Todos ellos le pusieron garra, fueron ilustradores, indagaron, atravezaron las palabras, las hicieron propias, las dibujaron, las contaron.  No hay regalo tan lindo como el de verlos apropiarse de una palabra, dibujarla. Quién sabe, algún día, uno de ellos también trabaje ilustrando. ¡Ojalá!
Gracias a ellos y sus maestras.
Gracias Paula y Natalí , bellas bibliotecarias, gracias por el trabajo, la organización, la calidez, las dudas, las ganas, las preguntas, la expectativa, los nervios, los carteles, la comida en lo de Alberto, la torta de familia, la cena con velas (inesperada) y el tiempo más allá del clima.
Gracias Karina por estar, por buscarme, llevarme, acompañar y dejar hacer, gracias por la charla.
Gracias a las que se sumaron a la cena a la luz de las velas a pesar de la lluvia y de todo: Sandra, Pochi, Zulma, Miriam y Nieves (otra vez, Nieves, con la alegría de volver a verte).  A ustedes, además, gracias por la bella maceta que albergará un nuevo gajo (robado, por supuesto).
Lindas compañeras que hicieron de este viaje un viaje.

Sigo sumando memoria.



Final feliz. Karina, Paula, yo, Natalí.
Al fondo, el cartel de bienvenida.



Charla y lectura.








 Trabajando con la palabra.



Y después...



 ... la cena de despedida.

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