Termina el año

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Pequeño discurso no solemne.

Este que se va, para mí, fue un año intenso.
Un año de cambios,
de perder y encontrar,
de perderme y encontrarme.
Fue un año de crecimiento,
que quiero que siga y siga.


A todos los que me acompañaron, más y menos, los nuevos y los de siempre,
de cerca, de lejos, más allá o más acá, en el pensamiento, en el corazón,
con o sin palabras, con abrazos, con silencio,
a todos los que me abrieron una puerta para salir a jugar: gracias.



Mi pequeño homenaje a todos ustedes.

Y para el año que empieza...

Vivamos un día por vez.
Hagamos que cada día sea único, especial.
Ese es mi deseo.

¡FELIZ COMIENZO!
2008-2009

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