...
Hace unos pocos días llegó este paquete desde Brasil,
específicamente de San Pablo,
de la editora Callis.
En ese paquete
venían mis primeros ejemplares de este nuevo libro álbum
cuyo título original (en mi idioma) es Papá y yo, a veces
y que acaba de sacar Callis, bajo la dirección de Miriam Gabbai,
con traducción de Carla Caruso, allá, en Brasil.
Para los que no entienden portugués,
pongo debajo de cada imagen la traducción del texto.
Dedicatorias:
Para el viejo, aunque ya no esté.
Para Ana y Juan, muchas veces.
A veces quiero estar con mi papá.
Pero no siempre él quiere estar conmigo.
A veces él quiere estar conmigo.
Pero no siempre yo quiero estar con él.
A veces
los dos queremos estar juntos.
específicamente de San Pablo,
de la editora Callis.
En ese paquete
venían mis primeros ejemplares de este nuevo libro álbum
cuyo título original (en mi idioma) es Papá y yo, a veces
y que acaba de sacar Callis, bajo la dirección de Miriam Gabbai,
con traducción de Carla Caruso, allá, en Brasil.
Para los que no entienden portugués,
pongo debajo de cada imagen la traducción del texto.
Dedicatorias:
Para el viejo, aunque ya no esté.
Para Ana y Juan, muchas veces.
A veces quiero estar con mi papá.
Pero no siempre él quiere estar conmigo.
A veces él quiere estar conmigo.
Pero no siempre yo quiero estar con él.
A veces
los dos queremos estar juntos.
...
Así empieza este libro, que como cada libro que hago,
tiene su historia.
Tal vez, la de éste, sea la historia más larga...
pero en lugar de contarla,
les dejo una nota que publiqué,
y publicó hace un tiempo
la Revista Cultura LIJ,
(y muchos ya leyeron)
donde cuento algo (sólo algo) de Papá y yo, a veces.
Ideas
El 13 de Octubre de 2008 –lo recuerdo con exactitud
porque ese día murió Foxi, mi perra- caminaba con Iris Rivera
por la calle Las Heras conversando. Íbamos hacia la Biblioteca Nacional,
al Congreso de LIJ, para escuchar a la Andruetto.
Si no hubiese sido por las ganas de escuchar su conferencia,
me habría quedado en casa rumiando mi duelo.
Iris y yo habíamos hecho nuestro primer libro juntas: Haiku.
Con él, esperábamos ganar un premio que no ganamos.
Pero hubo otro. Dudando, haciendo cambios,
festejando nuestros momentos de lucidez y volviendo a dudar,
habíamos hecho un libro y, al mismo tiempo,
habíamos construido una relación de enorme cariño y confianza.
Decía que íbamos conversando… hacía rato que no nos veíamos
y me preguntó si estaba haciendo algo nuevo
(no exactamente así, parecido), a lo que respondí que andaba trabada,
con ganas de escribir algo que no lograba que saliera.
Por respuesta me miró, me miró en absoluto silencio como indagando.
Entonces traté de ser más clara, de ir más hondo, de explicar.
-Mirá –dije-, hace rato que ando con una idea en la cabeza,
en realidad es un tema, pero no tengo claro cómo encararlo.
No es un tema fácil, y si bien tengo algunas puntas,
todavía no logro que salga.
Iris volvió a mirarme. Esta vez sí dijo algo,
y aunque no recuerdo exactamente qué,
puedo describir lo que eso me hizo sentir.
En mi intento por contarle, transmitirle qué era para mí estar trabada,
había usado estas palabras: “idea, cabeza, tema”.
En segundos, un misil de sal las derritió.
Repito, no recuerdo lo que dijo, pero sí recuerdo claramente
que sentí que estaba parada en el lugar equivocado,
una pequeña jaula llamada “cabeza, idea, tema”.
Las palabras de Iris dieron en el blanco de las mías.
Seguimos andando en silencio.
Yo miraba las baldosas; estaba desorientada, triste.
Días después, volví sobre viejos escritos, dibujos y anotaciones
que tenía alrededor de aquella idea, hasta que me dije basta
y encajoné todo. No hay caso, pensé, hay cosas que no se pueden forzar.
Con el tiempo, de la tristeza empezó a brotar algo.
No era la misma tristeza con la que había mirado las baldosas,
era otra; tampoco era sólo tristeza, eran recuerdos placenteros,
pedazos de vida, gestos que me habían marcado.
Una noche, lo que erróneamente llamé ideas y creí tener en la cabeza,
me agarró desprevenida. Desde muy adentro, algo empujaba con fuerza.
Escribí y dibujé sin parar, como si me arrastrara una locomotora.
En quince días -no miento- se convirtió en libro.
Lo que no quiere decir que de verdad el libro lo haya hecho en quince días,
pasaron muchos años con ese algo dando vueltas adentro mío,
un algo parecido a una semilla en reposo
esperando el clima ideal para germinar.
No sé ya como llamarlo,
pero sí estoy segura de que eso no era una idea.
Ayer, como otras veces, nos encontramos con Iris a tomar café.
Le mostré la maqueta del libro. Mientras la miraba leerlo,
recorrerlo, me acordé de la caminata por la calle Las Heras.
Se lo dije. Claro que ella no la recordaba tanto como yo.
Retomamos la charla. Esta vez las palabras fueron otras.
Como guardando un secreto,
ninguna intentó ponerle nombre a ese algo.
María Wernicke
9 de marzo de 2010
...
Algo más, que me gustaría decir.
Algunos pensarán...
¿Pero cómo hace esta mujer para hacer tantos libros
en tan poco tiempo?
Respondo antes de que me pregunten.
A lo largo de los últimos años hice varios libros,
entre ellos "Un señor en su lugar", que se acaba de editar Edelvives,
pero que hice hace casi cuatro años.
"Cuéntame" con Pedro Villar,
lo hicimos en 2008 y se editó este año.
Y otros... de otros años.
Este nuevo que les presento,
lo hice en 2009.
¡Espero que lo disfruten por allá!
¡Y también espero que pronto se edite en Argentina!
...
Así empieza este libro, que como cada libro que hago,
tiene su historia.
Tal vez, la de éste, sea la historia más larga...
pero en lugar de contarla,
les dejo una nota que publiqué,
y publicó hace un tiempo
la Revista Cultura LIJ,
(y muchos ya leyeron)
donde cuento algo (sólo algo) de Papá y yo, a veces.
Ideas
El 13 de Octubre de 2008 –lo recuerdo con exactitud
porque ese día murió Foxi, mi perra- caminaba con Iris Rivera
por la calle Las Heras conversando. Íbamos hacia la Biblioteca Nacional,
al Congreso de LIJ, para escuchar a la Andruetto.
Si no hubiese sido por las ganas de escuchar su conferencia,
me habría quedado en casa rumiando mi duelo.
Iris y yo habíamos hecho nuestro primer libro juntas: Haiku.
Con él, esperábamos ganar un premio que no ganamos.
Pero hubo otro. Dudando, haciendo cambios,
festejando nuestros momentos de lucidez y volviendo a dudar,
habíamos hecho un libro y, al mismo tiempo,
habíamos construido una relación de enorme cariño y confianza.
Decía que íbamos conversando… hacía rato que no nos veíamos
y me preguntó si estaba haciendo algo nuevo
(no exactamente así, parecido), a lo que respondí que andaba trabada,
con ganas de escribir algo que no lograba que saliera.
Por respuesta me miró, me miró en absoluto silencio como indagando.
Entonces traté de ser más clara, de ir más hondo, de explicar.
-Mirá –dije-, hace rato que ando con una idea en la cabeza,
en realidad es un tema, pero no tengo claro cómo encararlo.
No es un tema fácil, y si bien tengo algunas puntas,
todavía no logro que salga.
Iris volvió a mirarme. Esta vez sí dijo algo,
y aunque no recuerdo exactamente qué,
puedo describir lo que eso me hizo sentir.
En mi intento por contarle, transmitirle qué era para mí estar trabada,
había usado estas palabras: “idea, cabeza, tema”.
En segundos, un misil de sal las derritió.
Repito, no recuerdo lo que dijo, pero sí recuerdo claramente
que sentí que estaba parada en el lugar equivocado,
una pequeña jaula llamada “cabeza, idea, tema”.
Las palabras de Iris dieron en el blanco de las mías.
Seguimos andando en silencio.
Yo miraba las baldosas; estaba desorientada, triste.
Días después, volví sobre viejos escritos, dibujos y anotaciones
que tenía alrededor de aquella idea, hasta que me dije basta
y encajoné todo. No hay caso, pensé, hay cosas que no se pueden forzar.
Con el tiempo, de la tristeza empezó a brotar algo.
No era la misma tristeza con la que había mirado las baldosas,
era otra; tampoco era sólo tristeza, eran recuerdos placenteros,
pedazos de vida, gestos que me habían marcado.
Una noche, lo que erróneamente llamé ideas y creí tener en la cabeza,
me agarró desprevenida. Desde muy adentro, algo empujaba con fuerza.
Escribí y dibujé sin parar, como si me arrastrara una locomotora.
En quince días -no miento- se convirtió en libro.
Lo que no quiere decir que de verdad el libro lo haya hecho en quince días,
pasaron muchos años con ese algo dando vueltas adentro mío,
un algo parecido a una semilla en reposo
esperando el clima ideal para germinar.
No sé ya como llamarlo,
pero sí estoy segura de que eso no era una idea.
Ayer, como otras veces, nos encontramos con Iris a tomar café.
Le mostré la maqueta del libro. Mientras la miraba leerlo,
recorrerlo, me acordé de la caminata por la calle Las Heras.
Se lo dije. Claro que ella no la recordaba tanto como yo.
Retomamos la charla. Esta vez las palabras fueron otras.
Como guardando un secreto,
ninguna intentó ponerle nombre a ese algo.
María Wernicke
9 de marzo de 2010
...
Algo más, que me gustaría decir.
Algunos pensarán...
¿Pero cómo hace esta mujer para hacer tantos libros
en tan poco tiempo?
Respondo antes de que me pregunten.
A lo largo de los últimos años hice varios libros,
entre ellos "Un señor en su lugar", que se acaba de editar Edelvives,
pero que hice hace casi cuatro años.
"Cuéntame" con Pedro Villar,
lo hicimos en 2008 y se editó este año.
Y otros... de otros años.
Este nuevo que les presento,
lo hice en 2009.
¡Espero que lo disfruten por allá!
¡Y también espero que pronto se edite en Argentina!
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20 comentarios:
llegué primero? que lindo texto María, que bueno que cuentes de lo que hay detrás.Ya espiaré el libro todo. Felicitaciones deseadas y merecidas!y el mayor honor, acomodar tan pero tan bien a tu viejo:-)
abrazo!
Doña Bilotti, está usté estrenando comentario en este lugarcito!!!
Gracias, muchacha, gracias!!!!!!!!
Y sí... el viejo era el viejo.
Ya se lo mostraré! Un abrazo pa tí!
Que lindo trabajo María, te felicito y espero ansiosa a que llegue a estas pampas.
saludos, nancy
María, qué lindo esto que escribís. Tus palabras son siempre tan sensibles...! Igual que tus ilustraciones.
Me alegra que tu historia encontrara la forma de salir y ser libro ¡bravo!
que maravila, me he quedado prendida de tus ilustraciones como de tu historia, es increible como detras de cada proyecto se esconde otra historia paralela que bien podria ser tambien un nuevo proyecto..todo tiene sentido..y todo tiene su tiempo de gestacion!!!
precioso, te felicito
un beso
la cote
María ,hace un tiempito te escribí comentándote de mi admiración por tu papá escritor y por las "Cartas a Enrique" escrito por tu mamá (que descubrí hace unos años trabajando en una librería en Av de Mayo).Hoy me entero de este nuevo libro tuyo dedicado a tu papá y ya quiero que salga para leerlo y para emocionarme con él.Desde mi humilde lugarcito en este mundo de la ilustración infantil recibí toda mi admiración.Tus dibujos y los temas de tus libros son Luz,y como tal llegan a las almas.Gracias!
Felicitaciones por aca tambien! como me gusto cuando vi los originales!!!!! Que genial que ya sea libro!!!! un pasito mas cerca a que se edite aca y pueda dormir en mi biblioteca!!!
Felicitaciones, María!
beijo
Felicidades María... qué bueno que se concretó y finalmente "ya es" un libro. Hermosa edición para un hermoso libro. Recuerdo cuando nos mostraste la maqueta aquella noche...
A disfrutarlo!
Queridos compañeros de ruta, gracias por acompañar, recordar, mirar, leer.
Me emocionaron!!!
Nancy, sí, esperemos!!!
Ale, la encontré o nos encontramos, esa forma y yo :) Al menos esta fue una de las formas, y salió!!
Cote, seguramente habrá muchos paralelos... o siempre el mismo dicho de distintas formas.
Mónica, me acuerdo!!! Casi, casi, parece un juguete para armar :) En una de esas, logro juntar algunas piezas del rompecabezas... Gracias a vos!
Sí, Pau, eso quiero, quiero, quiero!!!
Ceci, beijo y obrigada!
Gracias, Gus!!!! También me acuerdo!! Un abrazo.
¡Grande, señora!
Primero lo ví en PDF. Espero verlo pronto en vivo y en directo.
¡Felicidades!
Casualmente esta tarde, aprovechando que hoy es feriado aquí, estuve ordenando la biblioteca, y puse tus libros uno al lado del otro para que estén ubicables y a mano.
Beso.
Ja!!!! Gustavo, los suyos también están todos juntitos en un lugar de mi biblioteca, y son un montón!!!
Es feriado acá también, señor, pero más que ordenar (que debería) me dediqué a laburar!
Grazie!!! Espero poder mostrártelo pronto! Un besote!
Maria, que belleza!!!, estamos preparados para recibirlo en nuestros corazones y en nuestros estantes..., que se radique pronto en Argentina... gracias por trabajar con la palabra y la imagen.
Felicitaciones, y ya pongo el enlace en el face de la Biblio...
Querida María, días pasados ya te lo dije... qué libro hermoso!Poesía escrita y dibujada.
Gracias a vos, Eduardo!!
Y a vos, Nora, también gracias!!
Que bueno!!!Felicitaciones!!!!
Gracias, Laura!
que bello trabajo
Hermoso y sensible trabajo. lo descubrí anoche en la Feria del Libro...me ancantó y emocionó! gracias!!
Muchas gracias, VIALOLA.
Mil gracias, Devicoor.
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