viernes, 20 de julio de 2012

Los días de María

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Ese es el título que le da Valeria Sorín
a la nota que escribió sobre HAY DÍAS,
editado por Calibroscopio,
para la Revista Cultura LIJ Nº 16.




-Ma, ¿te puedo decir algo?
-Sí, Sofi.
-¿Estos días vas a ser una buena mamá?
No todos los días de Marìa fueron iguales.
  Hubo días en castellano y días en portugués. Hubo días donde hizo lo que le pidieron y días donde pidió lo que quiso. Hubo días de trazos fuertes y otros de colores arena.
  Aráoz y Aguirre. No digo Corrientes y Nueve de Julio, ni Madison y la Quinta Avenida. Villa Crespo. Ahí, en esa esquina hubo un día, al menos para mí. Yo salía de visitar a los Calibroscopio y María llegaba a hablar con ellos (pero creo que ya se tramaba este libro). Ese día, ahí paradas, me dijo algo que me abrió un pasadizo hacia el centro de su obra. “Seguir la propia búsqueda y apostar a los proyectos propios no es fácil. Yo un día me animé a proponer mi mirada en vez de hacer lo que me pedían y las puertas se abrieron”.  
  Construir una voz, encontrar un tono, animarse a mostrar lo que se piensa, por dónde viajan nuestras fantasías, exponer los sentimientos. Dejar que el mundo nos haga sentir y compartirlo. María sabe que no es fácil.
  Digo esto, pero nada más lejos que el compartir del muro de facebook. María Wernicke, que de ella se trata, no entrega nada en crudo. Su elaboración estética es impecable, capa a capa, palabra a palabra.
  ¿Qué leímos de María? Uno y otro. Maravilloso. Un señor en su lugar, también. Y su lenguaje plástico ha sido clave para libros como Rutinero, Lo que quiere una mujer o Haiku.
  Animarse es la clave. El proyecto propio.
  Sin embargo, Hay días tiene un origen diferente. Ninguno de los libros antes nombrados explica la intimidad que logra el relato en este nuevo libro. Ninguno, excepto Papai a vezes, que todavía solo circula en portugués (¡Amigos Editores, qué están esperando!).
  -¿No me estuve portando bien, Sofi?
  -Es que tengo que hacer todo yo.
  -¿Y te gustaría jugar a ser chiquita de nuevo?
  Hay días… en que una nena y una mamá pueden hablar de lo que sienten y de lo que desean. Y una ausencia, puede vivirse como el deseo. Y al deseo se lo puede ir a buscar.
  Hay días en que la nena extraña a su papá. Y hay una mamá que puede ofrecerse para compartir también ese sentimiento. Hay días en que vale sentarse a conversar. Hay días para dejarse llevar.
  Hay quienes encuentran pasadizos secretos a la fantasía entre los sillones dados vuelta para poder encerar, y hay quienes consiguen viajar a la infancia enroscándose en la ropa colgada al sol.
  Hay días en que María homenajea a su mamá. Y hay días en que se debe felicitar a María.
Querida María, ¡qué hermoso libro! Gracias por este sentimiento. Vale


¡Gracias, Vale!

Nota: El libro Papá y yo, a veces, que nombra Valeria, saldrá publicado este año por Ed. Calibroscopio.

Así empieza HAY DÍAS.




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6 comentarios:

Megan dijo...
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[Coralia] dijo...

Hermoso María. ¡Lo quiero!
Saludos desde Venezuela.

Miska dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
María W. dijo...

Hola, Coralia. No tengo idea, por ahora, de si llegará. Espero que sí, y pronto. Un abrazo.

Margarita Espertino dijo...

María, ya me compré este también, es bellísimo!!! Me encantan tus ilustraciones... Felicitaciones!!! Besos

María W. dijo...

:-) Sonrisas. Muchas gracias, Margarita.