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Ese es el título que le da Valeria Sorín
a la nota que escribió sobre HAY DÍAS,
editado por Calibroscopio,
para la Revista Cultura LIJ Nº 16.
-Ma, ¿te puedo decir algo?
-Sí, Sofi.
-¿Estos días vas a ser una buena mamá?
-Sí, Sofi.
-¿Estos días vas a ser una buena mamá?
No todos
los días de Marìa fueron iguales.
Hubo días en
castellano y días en portugués. Hubo días donde hizo lo que le pidieron y días
donde pidió lo que quiso. Hubo días de trazos fuertes y otros de colores arena.
Aráoz y
Aguirre. No digo Corrientes y Nueve de Julio, ni Madison y la Quinta Avenida.
Villa Crespo. Ahí, en esa esquina hubo un día, al menos para mí. Yo salía de visitar
a los Calibroscopio y María llegaba a hablar con ellos (pero creo que ya se
tramaba este libro). Ese día, ahí paradas, me dijo algo que me abrió un
pasadizo hacia el centro de su obra. “Seguir la propia búsqueda y apostar a los
proyectos propios no es fácil. Yo un día me animé a proponer mi mirada en vez
de hacer lo que me pedían y las puertas se abrieron”.
Construir
una voz, encontrar un tono, animarse a mostrar lo que se piensa, por dónde
viajan nuestras fantasías, exponer los sentimientos. Dejar que el mundo nos
haga sentir y compartirlo. María sabe que no es fácil.
Digo esto,
pero nada más lejos que el compartir del
muro de facebook. María Wernicke, que de ella se trata, no entrega nada en
crudo. Su elaboración estética es impecable, capa a capa, palabra a palabra.
¿Qué leímos
de María? Uno y otro. Maravilloso. Un señor en su lugar, también. Y su lenguaje
plástico ha sido clave para libros como Rutinero, Lo que quiere una mujer o
Haiku.
Animarse es
la clave. El proyecto propio.
Sin
embargo, Hay días tiene un origen
diferente. Ninguno de los libros antes nombrados explica la intimidad que logra
el relato en este nuevo libro. Ninguno, excepto Papai a vezes, que todavía solo circula en portugués (¡Amigos Editores,
qué están esperando!).
-¿No me estuve portando bien, Sofi?
-Es que tengo que hacer todo yo.
-¿Y te gustaría jugar a ser chiquita de nuevo?
-Es que tengo que hacer todo yo.
-¿Y te gustaría jugar a ser chiquita de nuevo?
Hay días…
en que una nena y una mamá pueden hablar de lo que sienten y de lo que desean.
Y una ausencia, puede vivirse como el deseo. Y al deseo se lo puede ir a
buscar.
Hay días en
que la nena extraña a su papá. Y hay una mamá que puede ofrecerse para
compartir también ese sentimiento. Hay días en que vale sentarse a conversar.
Hay días para dejarse llevar.
Hay quienes
encuentran pasadizos secretos a la fantasía entre los sillones dados vuelta
para poder encerar, y hay quienes consiguen viajar a la infancia enroscándose
en la ropa colgada al sol.
Hay días en
que María homenajea a su mamá. Y hay días en que se debe felicitar a María.
Querida María, ¡qué hermoso libro! Gracias por
este sentimiento. Vale
¡Gracias, Vale!
Nota: El libro Papá y yo, a veces, que nombra Valeria, saldrá publicado este año por Ed. Calibroscopio.
Así empieza HAY DÍAS.
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6 comentarios:
Hermoso María. ¡Lo quiero!
Saludos desde Venezuela.
Hola, Coralia. No tengo idea, por ahora, de si llegará. Espero que sí, y pronto. Un abrazo.
María, ya me compré este también, es bellísimo!!! Me encantan tus ilustraciones... Felicitaciones!!! Besos
:-) Sonrisas. Muchas gracias, Margarita.
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